domingo, 3 de agosto de 2008

Hay que organizarse...

No se me ocurría que escribir hoy y hacía mucho que no lo hacía. Por suerte la tele vino en mi salvación y me pusieron una publicidad de Le Privé.... en serio... alguien me puede responder quién hace esas publicidades??? En serio alguien se cree que un telo puede ser tan romántico??? y si no te ponen esas mujeres que nunca te las encontrarás ahí y menos conseguirás llevar una así a un telo, porque si te la levantaste es porque tenes un lugar copado para llevarla, además de un buen auto, un par de tarjetas de crédito y mucho efectivo...
Cambiando de tema... la otra mañana iba en colectivo al trabajo. Hay un par de cosas que siempre me han molestado en el micro. Una es la gente que te va hablando cuando son las 6.30 de la mañana... qué se toman para ir tan despiertos!!!!. Otra es el contingente de 20 adolescentes, con 15 flacos que aún no conocen el desodorante y cinco chicas con una voz superchillona que terminan haciendo que parezcan como 100 pendejas con voces de flauta desafinada que nunca paran de hablar.
Alguna vez alguien se ha dado cuenta que cuando uno está apurado siempre le toca el chofer que se come todos los semáforos, las viejas que tardan en subir, los pelotudos que paran el colectivo sólo para preguntar cuánto le falta a otro micro para que llegue, etc.
En fin, a loq ue iba... la otra mañana iba al trabajo y lo primero que hice al subirme fue demostrar toda mi simpatía hacia cualquier pasajero que se dignara a sentarse a mi lado y me puse los auriculares, por si fuera poco saqué un libro ya que tengo una hora de viaje hasta el centro. Adelante mío subió una chica, rubia con auriculares también y de repente escuché un grito agudo que simulaba tener melodía...
Era ella que se dignó a compartir su música con todo el micro. Yo entiendo que muchas veces uno se copa, mueve los labios e incluso canta con una voz apenas perceptible pero cantar para que escuche hasta la vieja de 80 años que está por subir era demasiado!!!
Lo mejor de todo es que todo el mundo la miraba nada más, con cara de incredulidad... a mí más que enojo ya me daba risa y me encantaba ver a la víctima que se sentaba a su lado y era recibida por una nota aguda sacada de lo que parecía una flauta aplasta por un camión y tocada por un niño de cinco años...
Por suerte mi parada llegó antes que la de ella y si tengo más suerte aún no me la volveré a cruzar arriba de un micro nunca más... lo siento por el resto de la gente pero prefiero mi felicidad y mis oídos que a los del resto... y sí!!! soy egoísta!!

No hay comentarios: