Propongo que este 30 y 31 de agosto todo el mundo apague los celulares... En realidad es porque el 31 cumplo años y la verdad es que siempre me pareció horrible festejarlos. La primera razón es que uno siempre tiene amigos de distintos lugares que rara vez se dan bola por lo que uno tiene que repartirse entre todos los grupos y al final no disfruta un carajo... Segundo, odio hacer reservaciones en un lugar... Tercero, me embolan los llamados de feliz cumpleaños que se agotan luego del saludo y de preguntarte cómo la estás pasando... Cuarto, odio verme obligado a atender llamados de parientes bajo la excusa de que me están llamando por mi cumpleaños.... que no me llamen!!!! Al menos si con cada cumpleaños uno retrocediera en edad... no va por querer ser una especie de Dorian Gray y ser joven siempre, sólo que quiero volver a los 16 años, edad en la que sólo pensaba en mujeres, fútbol, salidas con amigos e ir a tomar mate a lo de una amiga llamada Belén como hacíamos todas las tardes en que íbamos a vaciar su alacena de galletas, tortas, leche, cacao, etc.
Otra de las cosas que haría si se me diera la oportunidad de tener 16 años sería decirme a mi mismo "Nene, pónete las pilas, abandoná los sueños esos de periodista y de corresponsal de guerra y no maldigas a todos esos profesores de facultad que te dirán que los medios son una porquería porque aunque vos no lo sepás en ese momento ellos te están diciendo la verdad, mejos cuando vayas a inscribirte a la universidad hácelo en Derecho".
En definitiva, agrego otra causa más a la puesta al principio. No a los celulares el 30 y 31 de agosto y aboguemos todos por un Periodismo sin periodistas.
miércoles, 20 de agosto de 2008
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